En un reciente artículo de Arne Duncan (Secretario de Educación de EEUU) en la revista Foreign Affairs, reproducido previamente en el New York Times, titulado “Back to School: enhancing U.S. education and competitiveness” se mencionan las características que los empleadores norteamericanos buscan en los candidatos para optar a nuevos puestos de trabajo. Se mencionan las capacidades de adaptación, innovación, síntesis, aprendizaje autónomo, trabajo en equipo y, por supuesto, de comunicación efectiva.

Se queja Arne Duncan del nivel académico de los estudiantes de los “high schools” y considera que son necesarias reformas para reforzar la formación tecnológica, científica y matemática de los futuros graduados. Menciona además que es especialmente relevante reforzar las habilidades de comunicación en los estudiantes.

Pues bien, si el máximo responsable de la política educativa de un país que desde hace décadas incluye en sus programaciones académicas formación específica en habilidades de comunicación considera que hay que reforzar esta materia, ¿no deberíamos tomar nota y ponernos nosotros también manos a la obra enseguida?

La globalización y la economía del conocimiento nos plantean el reto de competir con personas altamente cualificadas de todos los rincones del mundo. Los americanos han dado el primer paso y reconocen que tienen un problema. En mi opinión, deberíamos hacer lo mismo cuanto antes.