Dos son las cuestiones fundamentales que debe plantearse en relación con la audiencia que va a asistir a su presentación: la primera hace referencia a las expectativas que el público tiene sobre su intervención (qué espera de usted). La segunda se refiere a sus expectativas en relación con su público (qué espera usted de su audiencia).
La mejor forma de conocer esas expectativas es disponer de cuanta más información sea posible de su público para adaptar al máximo el mensaje y la puesta en escena. Algunos datos fundamentales son:
¿Cuántos son? Esta información le servirá, por ejemplo, para decidir si durante su presentación va a realizar alguna interacción con el público o si quiere empezar con una breve presentación de cada uno de los asistentes.
Idioma. En este caso me refiero tanto al idioma que va a utilizar usted (puede que sea su lengua materna u otro, en cuyo caso la dificultad será mayor) como al de su público. En un gran número de eventos internacionales el inglés es la lengua habitual. Sin embargo, en esos casos conviene recordar que el nivel de todos los asistentes no es el mismo y que, por tanto, no podemos esperar el mismo nivel de eficacia en la comunicación. Por ello, es muy importante que el orador simplifique al máximo su vocabulario y evite expresiones demasiado localistas. Al mismo tiempo, es muy posible que entre su audiencia haya personas cuya lengua materna sea el inglés. Sea, por tanto, muy preciso con su vocabulario y cuidadoso con la ortografía de sus presentaciones. Varios errores en este sentido pueden provocar que pierda su credibilidad ante ese grupo de personas.
Perfil de los asistentes. Conocer cuál es el background de su público es fundamental para poder adaptar el lenguaje que va a utilizar (perfil técnico, político, académico…) y el mensaje a transmitir. Si su público es ya experto en la materia que usted va a presentar, lógicamente tendrá que abordar su presentación con gran profundidad y erudición. Si es un público profano, deberá asegurarse de que los conceptos que va a presentar son comprendidos por todos los asistentes.
Actitud y expectativas del público. Piense por un momento cómo se sentiría usted si fuera parte de esa audiencia que va a presenciar su intervención. Luego analice el contexto y llegue a sus propias conclusiones. Lógicamente, la actitud de su audiencia no va a ser la misma si es usted el presidente de su empresa y se va a dirigir al Consejo de Administración, o a los componentes de la mesa sindical en la que se está negociando el próximo convenio colectivo. Por tanto, saber qué espera su público de su intervención es quizás el ingrediente más importante para el éxito de su presentación en público. Lamentablemente  no siempre es posible conocerlo con exactitud. En todo caso, seguro que puede obtener información valiosa haciéndose preguntas como: ¿cuál es la razón por la que estas personas van a escucharme durante media hora?, ¿han decidido venir por propia iniciativa o les ha enviado alguien?, ¿han pagado por escucharme?, etc.

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