No dejes tu campaña de Social Media en manos de aficionados

Hace unos días leí un interesante post de Enrique Dans titulado “¿En pleno 2012 y aún con estas tonterías?” en el que denunciaba una práctica en Social Media que raya, cuanto menos, en lo éticamente inaceptable. Explicaba una propuesta que había recibido de una agencia de marketing on-line que consistía básicamente en retribuir a este reputado blogger por cada link que realizara a los contenidos de uno de los clientes de dicha agencia. En la propuesta se dejaba claro que no hacía falta mencionar al cliente de la agencia, ni siquiera que el post que escribiera tuviera nada que ver con el destino final del link. Se trataba lisa y llanamente de engañar al motor de búsqueda y generar una relevancia (engañosa) del contenido elaborado por la agencia. Eso sí: a cambio le ofrecían una retribución y la posibilidad de extender este negocio con otros colegas.

El mismo día yo también fui “agredido” por otra campaña en redes sociales. Esta vez sin intermediarios: la propia marca me obligó a hacer click en el botón “me gusta” de su página de Facebook a cambio de ofrecerme una información fundamental para una actividad pública. Me explico: se trata de la famosa carrera San Silvestre Vallecana, quizás el evento que congrega más público en Madrid a lo largo de todo el año. Pues bien, este año la marca deportiva que patrocina la carrera popular (avalada históricamente por el Ayuntamiento de Madrid e inaugurada el pasado año por la Alcaldesa de la ciudad) te informa de que la única forma de saber cuándo comienza el período de inscripciones pasa por abandonar la página web del evento, ir a la página de Facebook de dicha marca deportiva y ¡hacer click en “me gusta”! Tanto si te gusta de verdad como si no… Y yo me pregunto, ¿qué clase de estrategia de marketing es esta?, ¿realmente creen que van a conseguir el tan ansiado “engagement” obligando a la gente a declarar ante el mundo que les gusta su página?, ¿en manos de qué clase de aficionados ha dejado esta marca su reputación?, ¿no será que se han olvidado del objetivo real del patrocinio y han decidido medir el éxito de su campaña a base de contar “me gusta”? Yo soy el más firme defensor del patrocinio en general, pero esta práctica es una agresión porque me obliga a manifestar en mi perfil de Facebook un interés por una marca que realmente no tengo. Conmigo, desde luego, han conseguido todo lo contrario de lo que hipotéticamente pretendían.

Un detalle más a tener en cuenta: lo crean o no hay gente que todavía no tiene perfil en Facebook (¿se les niega, por tanto, a esos cientos / miles de potenciales corredores que están fuera de esa red el derecho a conocer cuándo comienza esta carrera popular?).

He de confesar que inicialmente pensé que quizás yo estaba exagerando y que a lo mejor esta práctica no era tan invasiva como me estaba pareciendo. Pero enseguida desaparecieron mis dudas: sólo con leer  el muro de Facebook de la citada marca deportiva me di cuenta de que hay muchísima gente que se rebela contra este tipo de prácticas.
¿Hasta cuándo van a dejar algunos su reputación en manos de profesionales tan cortos de miras?