Muchas personas sufren de lo que podemos denominar «pánico a hablar en público». De hecho, hay algunas investigaciones científicas que sugieren que se trata de uno de los miedos más extendidos entre los profesionales. Cuando este miedo es paralizante y se convierte en una patología hay que tratarlo como cualquier otra fobia. Existen tratamiento psicológicos que ayudan a eliminar la ansiedad como el método Lefkoe.
No obstante, para la mayoría de la gente se trata de un problema importante (en la medida en que afecta al desempeño profesional y a la imagen personal) pero no llega a un nivel invalidante. Para este colectivo de personas está más indicada una formación específica en habilidades de comunicación en público.
Además existen distintos «trucos» que pueden ayudarnos a superar nuestra aversión a hablar ante una audiencia. Algunos de dudosa efectividad y otros mucho más útiles como el que sugería Elsa Punset hace un par de días en una conferencia sobre las emociones: «busca una cara amiga entre el público e imagina que estás haciendo la presentación sólo para él». Desde el punto de vista de eficacia comunicativa hay que decir que esta solución tiene sus limitaciones (¿qué pasa con el resto de la audiencia?), pero no cabe duda de que puede ayudarnos a pasar el mal trago mucho mejor.
Pero si hay algo que ayuda a superar ese pánico escénico es, sin duda, llevar el trabajo bien preparado y haberlo ensayado una y otra vez. Steve Jobs dedica al ensayo de sus magníficas presentaciones en público hasta tres días. Por tanto, la excusa de que carecemos de tiempo para ello no vale. Si Jobs puede, tú también puedes.
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