El storytelling es una de las formas más antiguas de comunicación. De hecho esta técnica narrativa, previa a la escritura, es tan antigua como el propio ser humano. Se utilizaba para entretener pero, sobre todo, para transmitir el conocimiento entre una generación y otra. Consiste en convertir una idea o mensaje en una pequeña historia.
Su eficacia radica en la extraordinaria capacidad del ser humano de recordar historias o cuentos. De alguna manera se establece una conexión emocional entre el narrador y su audiencia que hace que el mensaje perdure mucho más en el tiempo.
Cualquier persona que tenga hijos o se relacione habitualmente con niños pequeños utiliza esta técnica de forma natural al contar cuentos o pequeñas historias que ilustran algún concepto que se quiere explicar. Todas esos pequeños relatos suelen incorporar una moraleja que, en realidad, es la esencia del mensaje que se pretende transmitir al niño.
Pues bien, si trasladamos este concepto al mundo de la comunicación en público veremos que “la moraleja” se convierte en el mensaje clave que deseamos comunicar a nuestra audiencia. Es decir, seguimos asumiendo que comunicar emocionalmente es mucho más eficiente que la pura transmisión de información. Por tanto, podemos afirmar que el storytelling es un método probado para comunicar de forma efectiva y para generar empatía con la audiencia.
La clave de este tipo de historias es que contienen analogías, metáforas, etc. que hacen que ideas complicadas se conviertan en sencillas y memorables. Si usted busca con detenimiento en su memoria, seguro que encontrará una historia que, debidamente adaptada al propósito de su discurso, le ayudará a “vender” mejor su mensaje.
Si le resulta difícil desarrollar su propia historia, puede recurrir al uso de pequeñas anécdotas o experiencias personales que ilustren el sentido de su mensaje.
Quizás uno de los ejemplos más conocidos de todos los tiempos es el famoso discurso que Martin Luther King dio en 1963 en el Lincoln Memorial de Washington y que ha dejado en nuestra memoria su frase “I have a dream”. Su intención era explicar al mundo su visión y lo hizo a través de una pequeña historia que se ha convertido con el paso del tiempo en un gran mito.
Otro ejemplo más moderno de storytelling es el discurso de Steve Jobs en la universidad de Stanford. Durante su alocución a los alumnos recién graduados Jobs presenta hasta tres historias personales que contienen las claves de unos mensajes que han perdurado hasta hoy y que, sin duda, seguirán siendo recordados durante muchos años.
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