Practicar, practicar, practicar.

Uno de los mantras más repetidos por los formadores en comunicación en público es “practicar, practicar, practicar”. Se trata de un consejo que seguramente sirve para cualquier disciplina y que no es precisamente nuevo. Autores como Nancy Duarte recomiendan dedicar 90 horas de preparación por cada hora de presentación real final, repartiendo las mismas de la siguiente forma: 30 horas para recopilar ideas, 30 horas para construir la presentación, 30 horas para ensayarla. Es obvio que casi nadie puede permitirse el lujo de invertir tantas horas para preparar una presentación, pero la recomendación de repartir el tiempo en tres partes (recopilar, construir y ensayar) es fundamental.

En la recientemente estrenada película “El discurso del Rey” podemos ver hasta dónde puede llevarnos la práctica reiterada de un discurso (lástima que Jorge VI de Inglaterra no pudiera utilizar también una presentación power point en su discurso de declaración de guerra a Alemania para que el ejemplo fuera más evidente). La película nos muestra a un rey (Colin Firth) agobiado por sus dificultades para hablar en público (era tartamudo) que, siguiendo las recomendaciones de un coach, consigue superarlas y hacer un magnífico discurso.

¿Moraleja? Cuando vayas a hacer una presentación importante reserva tiempo para practicar y si lo necesitas echa mano de un profesional para que te ayude a mejorar tus habilidades de comunicación en público.